La educación emocional en la infancia


¿Por qué es importante la educación emocional en la infancia?

Como dice Daniel Goleman, psicólogo y escritor del best-seller mundial ''Inteligencia Emocional'':

“A lo largo de la vida resultan esenciales una mayor autoconciencia, una mayor capacidad para dominar las emociones perturbadoras, una mayor sensibilidad frente a las emociones de los demás y una mejor habilidad interpersonal, pero los cimientos de estas aptitudes se construyen en la infancia”.

Cada vez son más los estudios e investigaciones científicas que demuestran, con datos contrastados, el impacto de las emociones y los beneficios que implica el desarrollo de la inteligencia emocional. Si ayudamos a nuestros hijos e hijas a que aprendan a manejar sus emociones, les estaremos ayudando a que desarrollen y afiancen su autoestima, y aumenten tanto la seguridad en sí mismos como su pensamiento positivo, cimentando una base emocional fuerte y sana.

¿Cuál es el objetivo principal de la educación emocional en la infancia?

En la sociedad actual caracterizada por las prisas, la multitarea (intentamos hacer muchas cosas a la vez y sentimos que no conseguimos llegar a todo), o la sobre estimulación; muchas veces los padres intentamos subir a nuestros hijos en este tren frenético, llenándoles la vida de actividades, y no nos damos cuenta de que este ritmo no ayuda a que se desarrollen adecuadamente. 

Ocho actitudes de la inteligencia emocional que generamos en los niños:

  1. Niños inquietos, impulsivos y dispersos.
  2. Con falta de motivación.
  3. Con poca capacidad de espera.
  4. Con dificultad para valorar el esfuerzo porque les falta voluntad.
  5. Con falta de autocontrol. (Ver el test de la golosina)
  6. Con intolerancia a la frustración porque son incapaces de controlar los contratiempos de la vida.
  7. Con poca capacidad de reflexión porque no tienen tiempo para pensar.
  8. Con incapacidad para disfrutar de las pequeñas cosas porque tienen de todo.

Es por ello que tanto en casa como en el colegio tenemos que desarrollar las competencias emocionales tan necesarias para su correcto crecimiento como personas.

¿Qué es la educación emocional en la infancia?

Como dice Rafael Bisquerra, presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB)

“La Educación Emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Para ello se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con el objetivo de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se plantean en su vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social”.

¿Qué son las competencias emocionales para niños?

En los #doceminutos María Azpiroz nos propone trabajar las competencias emocionales principalmente a través del ejemplo, permitiéndonos expresar nuestras emociones para que nuestros hijos vean que sus padres también sienten miedo, tristeza, alegría, etc. 

Para ello recomienda el juego ''Talent Cards by Talentina'' que ayuda a compartir con los niños, nuestros sentimientos, recuerdos, risas, sueños, etc.

Las 4 competencias emocionales

Conciencia emocional

Debemos aprender a conocernos a nosotros mismos, a nuestras emociones. Algunas ideas que nos pueden ayudar:

  • Poner nombre a las emociones
  • Señales físicas que nos ayudan a identificar las emociones que estamos teniendo en cada momento.
  • Identificar las causas que las provocan
  • Comportamientos que desencadenan

Con los niños podemos aprovechar las situaciones cotidianas para enseñarles a identificar las emociones, podemos trabajarlas a través de la imitación, con juegos, así como leyendo cuentos a través de las imágenes y la lectura.  

Regulación emocional

Podemos trabajar la regulación de las emociones a través de las siguientes actividades:

  • Dando afecto: por ejemplo a través de un abrazo a nuestros hijos.
  • Realizando ejercicios de relajación para disminuir las situaciones de estrés: enseñar a nuestros hijos a respirar profundo a través de juegos,“imagina que la tripa es un globo”.
  • Dibujar como medio de expresión: dejar que rompan, arruguen o pinte fuerte sobre el papel. Si están nerviosos esta actividad les ayudará a aprender a gestionar su enfado o ira temporal.
  • Mediante herramientas: el bote de la calma, que puedes ver en este video cómo realizarlo, el semáforo para que piensen antes de actuar (rojo=para, amarillo=piensa y verde=actuar), ejercicio de la tortuguita (hacerse una bolita y contar hasta 10), etc.
Autoestima

La autoestima es la percepción que tenemos de nosotros mismos y comienza a desarrollarse en el seno familiar desde los primeros años de vida.

Diferentes formas de trabajar la autoestima:

  • Clima familiar agradable: queriendo a cada hijo como es y no por su comportamiento.
  • Evitar comparaciones: cada uno es único e irrepetible.
  • Diferenciar entre la conducta y la persona
  • Tener expectativas realistas: exigirles lo que los niños pueden dar.
  • Darle más importancia al esfuerzo y no tanto a la meta.
  • Desarrollar su autonomía: nuestros hijos son capaces de hacer muchas más cosas de las que les dejamos.
  • Darles responsabilidades adaptadas a su edad: que sientan que lo que aportan ayuda a la mejor convivencia del resto de la familia.
  • Expresar afecto a nuestros hijos.
Habilidades sociales

Las habilidades sociales también se aprenden en el seno de la familia. Estas son algunas de las actividades que podemos hacer para desarrollarlas:

  • A través del juego los niños aprenden a trabajar en equipo, a esperar su turno y a perder.
  • Enseñar normas básicas de educación: buenos días, gracias, por favor, etc.
  • Comunicar sin herir a los demás
  • Escuchar de forma activa
  • Poner límites de los que está bien y mal. Los niños necesitan que les vayamos indicando el camino.
  • Enseñarles a pedir perdón desde el ejemplo
  • Enseñarles a ser agradecidos con lo que tienen
  • Actitud positiva ante la vida
¿Cómo gestionar la timidez de un hijo?

La timidez tiene un componente hereditario pero también es aprendida. En muchas ocasiones va relacionada con una baja autoestima. Por lo que habría que trabajarlo desde la aceptación y la comprensión. No es malo ser tímido, el problema es que la timidez le impida enfrentarse a determinadas situaciones. Debemos respetarlo y nunca forzarlo. Desde el cariño y el afecto, el niño irá cogiendo la confianza que necesita para, poco a poco y sin prisa, ir enfrentándose a esas situaciones desde la seguridad en sí mismo, y el apoyo y la cercanía de sus padres, nunca desde la obligación.

¿Cómo trabajar el desarrollo emocional en los niños?

Nuestra meta más importante es ayudar a nuestros hijos a aprender a conocerse y a quererse como son, para después a aprender a conocer, respetar y querer a los demás.

El afecto, el contacto físico, la escucha activa, el sentirse querido por lo que son, nuestro apoyo incondicional, la calidad del tiempo a su lado, darles la autonomía que necesitan….Todo esto, ayuda a nuestros hijos a sentirse queridos y valorados, constituyéndose así la base de una autoestima saludable, que proporciona la seguridad que un niño necesita para desarrollarse.

¿Cómo se trabaja la educación emocional?

Es importante que los niños  aprendan progresivamente: a poner nombre  a sus emociones, a saber cómo se sienten, reconocer que es lo que les pasa y ver cómo reaccionan ante ello. Debemos ser capaces de facilitarles un vocabulario relativo a las emociones que les ayude a identificarlas.

¿Cuáles son los beneficios de la educación emocional?

1)Aprenderán a ser más libres

Nuestra labor no es reprimir sus emociones, sino dejar que fluyan de forma natural, y enseñarles a identificarlas y gestionarlas. Aprender a tolerar sus emociones negativas les hace más libres para disfrutar de su mundo, para sentirse seguros de sus habilidades y ser más felices. Al saber regular sus emociones, serán capaces de tolerar mejor la frustración, aumentando su autocontrol y fomentando su capacidad de espera para obtener recompensas. Gracias a estas habilidades van a poder tener un mayor control sobre sus vidas y por lo tanto serán más libres.

2) Verán las dificultades como oportunidades de aprendizaje

Se sentirán seguros de sí mismos y les será más fácil vencer las dificultades que se encuentren en sus vidas, aprendiendo a verlas como oportunidades de aprendizaje.

3) Les ayudará a conocerse mejor y a quererse como son

Siempre con nuestra ayuda irán aprendiendo a conocerse mejor. Estarán más preparados para mantener relaciones sociales saludables, a medida que vayan aprendiendo a conocerse y a quererse como son.

4) Desarrollarán habilidades claves para relacionarse con los demás

A través de la educación emocional, desarrollarán grandes habilidades tales como la empatía, la asertividad, la comunicación, serán capaces de resolver conflictos por sí mismos y sabrán trabajar en equipo. En resumen, sabrán desenvolverse de una forma exitosa en su vida.

La empatía

A través de la empatía, aprenderán a ponerse en el lugar del otro y de este modo, aprenderán a entenderle mejor.

La asertividad

Por medio de la asertividad aprenderán a respetarse a sí mismos, y en consecuencia, a respetar a los demás. 

La comunicación

A través de la comunicación aprenderán a descifrar el lenguaje verbal y no verbal, comprendiendo mejor el sentimiento y la intención del otro.

5) Aprenderán a resolver conflictos desarrollando la imaginación

Mediante la educación emocional aprenderán a resolver conflictos desarrollando la imaginación, la creatividad, aumentando su responsabilidad y su autonomía personal, mejorando así sus  relaciones sociales y, a la vez preparándolos para afrontar la frustración, el estrés y la presión de su entorno. 

6) Desarrollarán una mayor facilidad para trabajar en equipo

Adquirirán una mayor facilidad para trabajar en equipo,  aprendiendo a participar, pero también a saber enriquecerse con las aportaciones de los otros. Las relaciones sociales positivas son una de las mayores fuentes de autoestima y bienestar personal.

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